Aunque suene a distopía, es real. La empresa suiza Oppidum está diseñando un búnker subterráneo de lujo, pensado para que las personas más ricas y poderosas puedan sobrevivir a una catástrofe mundial.
Ante las crecientes amenazas de catástrofes medioambientales, disturbios políticos o incluso una guerra nuclear, Oppidum aspira a ofrecer tranquilidad, al menos a quienes puedan permitírselo. Haz clic o desliza para adentrarte con nosotros en este búnker de lujo…
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.
Presentamos la línea L'Heritage de búnkeres de lujo hechos a medida por Oppidum: son residencias subterráneas fortificadas que pueden construirse bajo mansiones ya existentes para permitir a sus residentes mantener un " el estilo de vida de super lujo al que están acostumbrados" en caso de que se diera una catástrofe en la superficie.
Estas estructuras de 10.760 pies cuadrados (3.300 metros cuadrados) descienden hasta 49 pies bajo tierra (15 metros). Están construidas según los niveles de protección balística y contra explosiones de la OTAN, utilizando la misma formulación de hormigón de alta densidad que se emplea para construir centrales nucleares.
Aunque el concepto de construir un búnker secreto al estilo del día del juicio final puede parecer prueba de una visión algo pesimista del futuro de la humanidad, el fundador y director ejecutivo de Oppidum, Jakub Zamrazil, insiste en que la empresa tiene una "visión optimista del mundo", pero añade que, no obstante, es prudente estar preparado en un "mundo tan incierto".
Ante esa incertidumbre "un búnker de Oppidum proporciona tranquilidad", asegura Zamrazil. Eso sí, el precio básico de un búnker Oppidum es de 10 millones de dólares (8 millones de euros) y su modelo L'Heritage de última generación cuesta alrededor de 100 millones de dólares (80 millones de euros), tal y como ha confirmado el Jefe de Comunicaciones de la empresa, Tom Grmela. Los modelos sin los extras de lujo, como las dependencias para el personal, cuestan a partir de unos 60 millones de dólares (47,9 millones de libras).
Al refugio L'Heritage se accede por una rampa de accionamiento hidráulico, que se puede ocultar para que sea "casi invisible" hasta que se abra.
La rampa permite a los vehículos descender a lo que Oppidum llama el parc fermé (parque cerrado), un gran garaje subterráneo vigilado por su propia puerta de seguridad. También se puede acceder al búnker mediante un tramo de escaleras que desciende desde el helipuerto opcional.
El propio parc fermé está construido según las normas de seguridad de los museos y puede albergar una amplia colección de coches de lujo de forma segura bajo tierra. Como todos los elementos de los búnkeres de Oppidum, el garaje es personalizable y puede construirse en función de la capacidad necesaria.
Una vez dentro del garaje, los residentes se dirigen a la entrada principal, una esclusa totalmente equipada como cámara de descontaminación y rodeada por dos conjuntos de puertas blindadas hechas a medida.
Para una seguridad máxima, la puerta exterior está controlada por un lector multibiométrico, que utiliza tecnología de reconocimiento no solo facial, sino también del iris y de la palma de la mano, antes de conceder el acceso al resto del búnker multimillonario.
Tras atravesar el segundo juego de puertas blindadas, los huéspedes llegarán a un vestíbulo de entrada bastante extravagante, con mobiliario a medida, suelo de madera noble de grano fino y altísimos techos de 4,5 metros.
Los elementos de diseño de todo el búnker se han diseñado para compensar la sensación de estar bajo tierra; con este fin, el vestíbulo de entrada está iluminado por una opulenta araña de cristal artesanal que inunda de luz el espacioso vestíbulo.
Más allá del vestíbulo de entrada, una íntima sala de estar ofrece a los residentes un lujoso espacio para relajarse juntos, separado del resto del complejo subterráneo por un conjunto de puertas seguras.
El salón cuenta con un sistema de sonido de última generación para todo tipo de entretenimiento y, al igual que el vestíbulo de entrada, dispone de muebles y accesorios de iluminación hechos a medida.
Con una clientela objetivo de "particulares con un patrimonio muy elevado", Oppidum se dirige en gran medida a particulares con amplios intereses empresariales y de inversión.
En consecuencia, junto al salón, una sala de reuniones privada ofrece un espacio totalmente seguro para mantener conversaciones confidenciales, de modo que el trabajo pueda continuar sin importar las circunstancias. Un botón discretamente oculto revela tanto el jardín subterráneo como la galería contigua, visibles a través de paredes opacas a transparentes.
La propia galería es el escondite perfecto para todos tus tesoros. Construida según las mismas normas anti-intrusión que las cámaras acorazadas de los bancos comerciales, la galería cuenta con sistemas de protección contra incendios, ventilación, control de temperatura y humedad de primera línea para mantener todo en perfecto estado, desde cuadros hasta porcelana.
Además, con dos paredes de cristal convertible de opaco a transparente, podrás ver fácilmente tus tesoros siempre que quieras, tanto desde el salón como desde la sala de reuniones.
Otra característica especial del Oppidum es el jardín interior que llama la atención teniendo en cuenta la profundidad del búnker. En este espacio florecen flores, plantas y árboles durante todo el año, gracias a un sofisticado sistema de riego automático.
Por encima, una claraboya proporciona una simulación del espectro luminoso completo, incluidos amaneceres, atardeceres y cambios de estación.
Para garantizar que todos los habitantes puedan conservar su forma física durante su estancia posiblemente indefinida bajo tierra, el Oppidum incluye una piscina digna de un plató de cine, que puede llenarse con agua dulce o salada.
En otro lugar del complejo, hay una sala de fitness equipada con una colección completa de máquinas de ejercicio de alto nivel.
El comedor también derrocha opulencia, con capacidad para acoger a numerosos invitados de lujo. Sin embargo, si tenemos en cuenta cuáles las circunstancias que llevarían a una retirada al búnker de Oppidum, no estamos seguros de que muchos de los invitados pudieran asistir a una cena esporádica.
Sin embargo, los habitantes del búnker, no tienen por qué tenerle miedo al aburrimiento. Un lujoso cine equipado con una pantalla de proyección, una enorme capacidad de almacenamiento digital incorporada y un sinfín de opciones de transmisión en directo te permitirán verlo todo, desde las películas favoritas de la familia hasta las noticias en directo, todo desde la comodidad y seguridad de tu sillón reclinable hecho a medida.
El modelo L'Heritage está diseñado de modo que la zona de vivienda privada, que incluye el salón y todos los dormitorios, está separada de forma segura de las secciones más públicas del búnker, lo que permite al ocupante separar con seguridad la vida profesional y familiar cuando habita el búnker a tiempo completo.
Según el sitio web de Oppidum, la zona habitable del búnker puede diseñarse para alojar a tantos huéspedes como necesite el comprador.
Además de su diseño extravagante y lujoso, el Oppidum también incluye numerosas características prácticas diseñadas para que sea adecuado para vivir en él a largo plazo.
La tecnología del nivel de la NASA permite almacenar reservas de alimentos durante meses o incluso años, mientras que hay una enfermería que viene equipada con todos los suministros médicos esenciales. También existe la opción de instalar una armería, si el comprador lo desea.
Por encima de todo, la principal característica de venta de un búnker Oppidum es la tecnología punta que lo protege de las amenazas nucleares y medioambientales.
Separado de las zonas habitables del búnker, un conjunto de salas técnicas sustenta la vida subterránea. Aunque los sistemas principales funcionan de forma autónoma, un conjunto de circuitos de reserva está preparado para responder instantáneamente en caso necesario.
Los búnkeres Oppidum están diseñados para ser totalmente herméticos y estancos al gas, lo que proporciona una separación completa de la atmósfera externa en caso necesario. Los búnkeres están equipados con dos unidades independientes de filtración de aire, una estándar para uso en tiempos de paz y un sistema químico, biológico, radiológico y nuclear (QBRN) de grado militar.
Cada unidad está equipada con un sistema de eliminación de dióxido de carbono y un suministro auxiliar de oxígeno que proporciona aire respirable cuando es necesario.
El agua del búnker procede de un pozo subterráneo privado, completamente separado del suministro público de agua. En caso de corte de electricidad, apagón o inestabilidad de la red, el sistema eléctrico cambia sin problemas a una de sus múltiples fuentes de energía alternativas, incluidos dos generadores diésel y una flota de baterías de reserva.
Con tantos elementos técnicos complicados, por no mencionar el lujoso diseño interior y los detalles personalizados, no es de extrañar que la construcción de estos búnkeres a medida pueda llevar entre tres y cinco años.
Está previsto que los búnkeres se construyan bajo las viviendas existentes, un proceso que requiere un estudio exhaustivo de las condiciones geológicas e hidrológicas locales, lo que puede repercutir sustancialmente en el tiempo de construcción.
A pesar de todo el lujo y la impresionante tecnología, es difícil ignorar la sombría razón de ser de estas estructuras. Si la idea de que el 0,1% del mundo entierre la cabeza en la arena ante una catástrofe mundial mientras el resto de la población se ve obligada a hacer frente a las consecuencias suena injusta o socialmente estratificadora.
El principal arquitecto y diseñador de Oppidum, Marc Prigent, no oculta que estos búnkeres no son para todo el mundo, y describe a sus aclamados clientes como "las personas más poderosas del mundo".
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